Desde hace muchos años se considera que las mirillas son un elemento indispensable en cualquier puerta instalada en un punto donde resulte necesario controlar los accesos, y que franqueen el paso del público.
Las mirillas para puertas son uno de esos inventos simples que nos facilitan la vida. En este caso, abogan por nuestra seguridad, pues nos permiten identificar quién está del otro lado de la puerta, sin necesidad de tener que abrirla y quedar expuestos. Los modelos convencionales consisten en una lente de vidrio o plástico, que proporciona un rango de visión similar al de una lente gran angular o de ojo de pescado. Con esto se logra una vista ampliada, cercana a los 130 grados. Están colocadas en un agujero realizado en la puerta para tal fin, situado a la altura de los ojos.
Han sido un recurso eficiente, pero, como todo, susceptible de ser mejorado. Y eso es justamente lo que ha sucedido con la llegada de las mirillas digitales. Poco a poco han ido desplazando a las convencionales, pues ofrecen muchas más prestaciones. En términos sencillos, las mirillas digitales permiten visualizar en una pantalla lo que sucede del otro lado de la puerta. Inicialmente ganaron popularidad en instalaciones comerciales, despachos, consultorios médicos, y otros espacios donde se atiende público. La razón es muy simple, pues resulta molesto y poco productivo tener que levantarse e interrumpir otras labores, cada vez que suene el timbre. Pero rápidamente fueron también adoptados en inmuebles residenciales, particularmente cuando en casa viven personas con movilidad reducida, ancianos o niños. A la comodidad que estas mirillas aportan hay que añadir el extra de seguridad que ofrecen.
Ventajas de las mirillas digitales
Como hemos mencionado, una de las ventajas más evidentes de las mirillas digitales, es la comodidad. Cuestión nada desdeñable, pero que está lejos de ser su principal atractivo.
Cuando nos referimos a la seguridad que brindan, hablamos, por ejemplo, de su discreción. A diferencia de las mirillas convencionales, con una mirilla digital la persona que se encuentra fuera del inmueble no puede saber que está siendo observada. Esto se debe a que la visualización es remota, mediante una pantalla, por lo que no hay un bloqueo de la luz interior, como sucede cuando acercamos el ojo a una mirilla convencional.
Por otra parte, muchas de las mirillas digitales que hoy se comercializan ofrecen prestaciones adicionales. Es así como algunos dispositivos incorporan una pequeña cámara que permite dejar registro de los movimientos y personas que se han acercado a nuestra puerta, hayan o no llamado al timbre. Estas pueden programarse para que graben continuamente o en lapsos de tiempo específicos. De esta manera se han podido identificar muchos actos sospechosos o intentos de forzamiento de puertas, permitiendo a los propietarios del inmueble alertar a las autoridades y evitar actos delictivos.
Otras tienen ángulos de visión ampliados que captan, incluso, panorámicas de 360 grados, gracias al movimiento de la lente. Dependiendo del modelo escogido, podrás tener una calidad de imagen de mayor o menor definición y utilidades más sofisticadas, como, por ejemplo, visión nocturna mediante rayos infrarrojos.
¿Cómo funciona una mirilla digital?
El funcionamiento de una mirilla digital es muy similar al de una cámara de seguridad. En este caso, la lente que se encuentra en el ojo visor registra las imágenes, que inmediatamente se reproducen en una pantalla remota.
Cabe destacar que el aspecto exterior de las mirillas digitales no difiere del de las convencionales. Para cualquier persona que se acerque a tu puerta será casi imposible determinar qué tipo de mirilla tienes instalada, pues su apariencia es prácticamente igual. Y es que el elemento que marca la diferencia está embutido dentro de la puerta, donde se sustituye la lente por una microcámara de vídeo.
Así pues, a modo de resumen, podemos decir que las dos partes básicas de una mirilla digital son la cámara que está colocada en la puerta y la pantalla de visionado. Estos dispositivos no requieren de ningún tipo de conexión eléctrica, pues funcionan con baterías de larga duración.
Adicionalmente, algunos modelos de mirillas digitales pueden incluir accesorios extra, como embellecedores, mandos a distancia para la apertura remota o el control de la cámara, soportes para la pantalla, etc.
Es importante acotar que para activar la mirilla digital no es necesario que alguien llame a tu puerta. En el momento en que lo desees, sea porque has escuchado algún ruido, o simplemente porque quieras echar un vistazo a los alrededores de tu puerta, puedes visualizar en la pantalla la imagen que capta la cámara.
Incluso, con las mirillas digitales más modernas, puedes observar qué sucede al otro lado de tu puerta, aunque no te encuentres en casa. Esto es posible dado que muchos equipos cuentan con una aplicación que permite utilizar el smartphone como pantalla de visualización. Así que aunque estés de viaje, en el trabajo o lejos de tu vivienda, podrás saber a toda hora quién se encuentra cerca de tu puerta o detectar alguna situación extraña que pueda suponer algún riesgo.
Pasos para instalar una mirilla digital
Hoy en día es muy fácil adquirir una mirilla digital en cualquier gran superficie o tienda de equipos electrónicos. Al momento de elegir una mirilla digital, conviene asegurarse de que la misma incluya el kit de instalación. De esta manera te asegurarás de tener a mano todo lo que necesitas para colocar la mirilla sin inconvenientes.
Los elementos del kit de instalación pueden variar de acuerdo al modelo de mirilla digital que elijas. Revisa detenidamente las referencias de la caja y lee las instrucciones del fabricante, antes de tomar la decisión. Infórmate sobre la resolución de la cámara, su ángulo de visión, vida útil, etc. Igualmente debes asegurarte de que se adapte al tipo de puerta donde deseas instalarla. Así te evitarás decepciones o problemas a futuro. Pero lo más importante es que escojas un producto de calidad, que te ofrezca garantías.
Puestos ya a la tarea de instalar una mirilla digital, el primer paso consiste en desmontar la mirilla antigua. Esto no debería ser una tarea complicada, ya que basta con desenroscarla, haciendo presión en las muescas del aro exterior. Para ello puedes ayudarte con una herramienta de punta plana y fina, como, por ejemplo, una espátula de metal o un destornillador plano. Asimismo, algunos kits de montaje incluyen una herramienta de extracción de mirillas. Vale aclarar que la mirilla debe retirarse desde el lado interno de la puerta y siempre debe trabajarse con mucho cuidado, evitando cualquier daño o rasguño en la superficie de la puerta.
Cuando hayas liberado la mirilla por el lado interior de la puerta, tendrás que repetir el proceso con el lado externo. De ser posible, pide la colaboración de algún amigo o familiar, pues debes sujetar el aro desenroscado mientras liberas el otro. Una vez que ambos hayan quedado sueltos, podrás extraer la mirilla sin ninguna dificultad.
En el caso de que se trate de una puerta nueva o donde no había previamente instalada una mirilla, tendrás que abrir el orificio para colocar la mirilla digital. Generalmente los kits de instalación traen tubos de diferentes diámetros y longitudes, que se adaptan a las medidas estándar de las mirillas convencionales, para facilitar la sustitución. En tu caso, tendrás que elegir el que tenga una longitud igual al grosor de tu puerta. A continuación, utiliza el taladro, con una broca del ancho correspondiente al diámetro de ese tubo. Recuerda que para hacer el orificio en una puerta de madera lo más recomendado es una broca de pala, mientras que para las de metal se aconseja usar una broca de acero rápido. Comienza a taladrar a baja velocidad y con el taladro posicionado perpendicularmente a la puerta. Así lograrás hacer una perforación recta, en la que se alojará el tubo de la mirilla digital.
Para proceder a instalarla, lo primero que debes hacer es sacar la pletina metálica de la pantalla de tu mirilla digital. Utiliza la herramienta incluida en el kit de instalación o un destornillador convencional del tamaño adecuado. Verás que la pletina tiene una cinta adhesiva para fijarla a la puerta. Antes de colocarla, limpia la superficie de la puerta, para retirar cualquier suciedad o grasa que impida la correcta adhesión.
Retira el papel que protege el adhesivo y, teniendo cuidado de no tocar la zona con pegamento, introduce el tubo que se adapte a tu puerta por el orificio de la pletina. Seguidamente, introduce el tubo en el orificio de la mirilla y presiona la pletina contra la puerta hasta que quede firmemente fijada.
Por el lado exterior deberás colocar la cámara. Pasa el cable del visor de banda a banda, asegurándote de que entre por el tubo. Coloca la mirilla en el orificio y enróscala. Por el lado interior, conecta el cable del visor con la cámara, y fíjala a la pletina colocada en la puerta. Previamente verifica que el visor tenga las baterías instaladas.
Solo queda comprobar el funcionamiento del equipo y comenzar a disfrutar de las ventajas de tener una mirilla digital.